El dia de ayer, mis queridos habitantes de esta loca jungla de asfalto, pude presenciar junto con mi familia un suceso muy muy vergonzoso que a nosotros nos dio risa pero que a las pobres personas que les ocurrió las hizo pasar las de Caín. En esta ciudad donde la neurosis es ya cosa de todos los días, nunca pensé que me tocaría ver una escena como la que les describo a continuación:
Entramos a una mueblería, buscando un antecomedor, sin imaginar el teatro que íbamos a presenciar. Desde que entramos un joven enfurecido y su madre le gritaban a una de las dependientas de la tienda.
No sabíamos que ocurría y no era asunto nuestro, asi que continuamos viendo los muebles mientras las acciones comenzaban. Al parecer el señor había comprado unas sillas y un comedor y al hacerle el cargo a su tarjeta, de último momento pidió que fuera a 12 meses sin intereses, cosa que ya no se podía hacer porque se le había ya hecho el cargo total. Ahí comenzó todo.
El señor comenzó a gritar insultos a las dos dependientas, ordenándoles que hablaran al banco y cancelaran el cargo, cosa que hicieron pero al parecer el banco le hace el reembolso al cliente 15 días después de la cancelación, cuando le informaron esto al señor, su madre comenzó a aplaudir y en voz alta gritó "¡Bravo! Esta ineptitud merece un aplauso, ¡Bravo!" y también comenzaron a decirnos que no compráramos nada ahí y a hablar por celular en voz alta diciendo que las de la tienda eran unas pen.. y que no podian creer que fueran tan idio.. y cosas asi. Yo me aguanté la risa, pues de plano se ve que los señores estaban muy enojados y no fuera la de malas que la agarraran conmigo.
Nosotros los ignoramos, nos sentamos en una mesa que nos gustó, mientras como espectadores continuábamos viendo que ocurría, ganas no me faltaban de grabar a los señores, pues era muy cómica la manera en que gritaban y no iban a solucionar nada a gritos. A la encargada la obligaron a bajar la mercancía de la camioneta del señor, mientras le seguían gritando y los ánimos se iban calentando pues los insultos iban subiendo de tono. El señor incluso les dijo que iba a estrellar una de las sillas contra los cristales de la tienda (eso nos lo dijo una asustada empleada cuando nos atendió). Exigió que le entregaran los papeles de la cancelación y todos los comprobantes y como se los dieron en copias el señor y su madre hicieron su último berrinche.. tiraron todos los papeles que tenían las dos dependientas en el escritorio y salieron muy enojados no sin antes terminar de insultar a las empleadas de la tienda, quienes todo el tiempo habían actuado calmadas y sin dejarse intimidar.
¿Vaya escena no? Yo entiendo que como clientes, tenemos todo el derecho a reclamar si no nos atienden como es debido o si llega a salir algo mal, pero tampoco se puede abusar y tratar mal a la gente o pedir las cosas en mal modo, gritando y haciendo berrinches. Mi abuelo decía "En la forma de soplar, está el enfriar", lo que quiere decir que de la forma en que pedimos las cosas, es que las obtendremos. Con gritos, insultos y amenazas no se obtiene nada. Espero que no les toque presenciar algo así en esta nuestra caótica jungla de asfalto, y si es así, de preferencia sean sólo espectadores, no se metan y mucho menos se rían de las personas pues puede que su ira se dirija a ustedes y la cosa acabe peor y cuando tengan que reclamar algo, traten siempre de hacerlo por las buenas.
¡Nos vemos en el próximo post!