viernes, septiembre 02, 2011

Hablando se entiende la gente...

Este viejo dicho, que la verdad no sé quien inventó, tiene muchísima razón y últimamente se la ha pasado dando vueltas en mi cabeza, pues me he dado cuenta en meses recientes que a pesar de tanta tecnología y tantas formas de estar "comunicados" con el mundo exterior, la realidad es otra muy distinta.

Si desde muy pequeños aprendemos emitir sonidos y a comunicarnos con las demás personas que nos rodean, ¿por qué nos cuesta tanto trabajo expresarnos hoy en día? Decir las cosas de frente, claro y fuerte, sin intermediarios electrónicos, sin escondernos tras una cortina de humo o de frases vagas, verdades a medias o de un silencio cómodo. ¿Por qué es tan difícil decir las cosas?

Tampoco es hablar por hablar, siempre hay que pensar bien las cosas antes de decirlas y muchas veces también es bueno expresar lo que traemos dentro. Yo me considero una persona bastante parlanchina, aprendí a hablar antes del año y  los que me conocen bien saben que hablo hasta por los codos y rara vez me guardo las cosas. Ya sea una alegría o una tristeza la hablo, la expreso, vamos la escupo y la platico. Si no puedo expresarlo hablando,  lo escribo –como aquí– o uso la letra de una canción, el chiste es no quedarse con el "hubiera dicho esto"o guardarse las cosas, pues no hace bien a uno.

Claro que los extremos no son buenos, abusando del uso de otra frase de abuelita, "ni tanto que queme al santo ni tanto que no lo alumbre" no es bueno quedarse siempre callado, encerrado en el silencio ni tampoco es bueno hablar de más. Siempre debe haber un equilibrio, pero creo que es mucho más sano decir las cosas, aclarar situaciones que sólo se acrecentan con el silencio y levantar la voz.

Ya se que cada persona es distinta, que cada cabeza es un mundo y que cada quién se expresa y funciona de maneras diferentes y en este mundo en el que estamos viviendo ahorita, en el que hay tanta falta de comunicación, ¿por qué no hablar? Creo que muchas guerras, malentendidos y demás situaciones difíciles, se pueden solucionar por medio de una plática, pero bueno esa es mi muy particular visión de las cosas.

Lo que sí les comento a manera de conclusión de este cúmulo de ideas, es que yo soy de la postura de que–como reza el título de este post–hablando se entiende la gente, así de simple. Así que ¡háblele!.

¡Hasta el próximo post!

Caminando bajo la lluvia...

No recordaba cuando fue la última vez que dí un paseo bajo la lluvia. Puede que haya sido hace tanto que por eso no tengo memoria reciente del hecho. Algunas veces jugué futbol mientras caía un chaparrón, y puedo decirles que es una experiencia rara, pero no se compara con una caminata mientras llueve.

Esta tarde, al salir de mi clase de análisis y crítica de cine, me topé con una leve llovizna que se dejó venir sobre el primer cuadro del Centro Histórico y contrario a las personas que caminaban a mi alrededor en la calle, no corrí a cubrirme de ella, sino que decidí caminar bajo la lluvia.

Era de esa lluvia finita, fría, que no moja del todo pero que se puede sentir sobre la piel. Agua viva que lava las penas, que revitaliza y acaricia el alma.

Disfruté mucho mi caminata rodeada del sonido del agua golpeando contra el pavimento. No llevaba paraguas y aunque mi sudadera traía gorrito, no quise usarlo. Me dejé envolver por las finas gotas, como en un abrazo, por alguna extraña razón me sentí reconfortada y sobre todo, viva.

Fluí con el agua por las calles,  me reí cuando una traviesa gotita resbaló por mi espalda causándome une escalofrío. Dejé que me despeinara y deslavara la cara, como en una suave caricia, hasta que llegó el tiempo de entrar al Metro, por lo que me despedí de ella con una sonrisa, como si fuéramos viejas amigas.

Y ustedes me dirán. "¿Pero cómo se le ocurre a Ale escribir sobre caminar en la lluvia, cuando en varios puntos de la ciudad está causando tanto daño?" Se y estoy más que consciente que en temporada de lluvias y en muchas zonas de nuestra amada Jungla de Asfalto, el exceso de agua ha hecho de las suyas, causando daños en colonias enteras y desgraciadamente llevándose en su camino la vida de muchas personas. Sin embargo, creo que no siempre es la villana en la historia y debemos disfrutar de el pequeño placer que ofrece una tarde lluviosa.

Sólo espero que los daños e inundaciones se reduzcan, pues es muy triste que año con año en esta temporada, pase lo mismo y muchas personas sufran a causa de algo que a otras personas nos da uno que otro momento agradable.

¡Hasta el próximo post!

domingo, agosto 21, 2011

El encanto del regreso a clases...


¡Mis aventureros! Mañana inician las clases, un nuevo ciclo escolar está por empezar. Además del evidente caos vial y desorden de horario que ocurrirá en nuestra amada Jungla de Asfalto esta semana, regresar a la escuela tiene cierto encanto.

Justo estaba platicando de esto con mis amistades y mis sobrinos y de pronto me acordé de la emoción que me daba comenzar un año nuevo en la escuela, ese nervio y mariposas en el estómago que sentía un día antes pensando en que iba a ver de nuevo a mis compañeritos y amigos, lo bonito que era estrenar útiles nuevos, la flojera de levantarse de nuevo temprano después de 2 meses de vacaciones y la incertidumbre de qué maestro nos tocaría...

A mí me encantaba todo el proceso que involucraba un nuevo año escolar. Desde ir a comprar mi mochila nueva, la forrada de cuadernos, rotular las etiquetas, estrenar uniforme y hasta ver qué me iba a llevar de lunch para el primer dìa. ¡Qué recuerdos!  Y lo seguí disfrutando toda mi vida estudiantil, desde la primaria hasta la universidad, siempre me encantó empezar de nuevo.

Además, casi siempre el primer día de clase no se hacìa absolutamente nada, simplemente te ponìas al corriente con los amigos, checabas quién iba a ser tu nuevo profe o maestra, si entraba algún niño nuevo y la mayoría de las veces ¡no había tarea! era simplemente genial.

Fue una época muy divertida la de ser estudiante. Eso de no tener mayores preocupaciones en la vida, sólo hacer tarea y ya, no tiene comparación (¡Sí, cero responsabilidades!) y es algo que cuando crecemos (snif,snif) recordamos con cierto deje de nostalgia. Y aunque podemos regresar a estudiar en cualquier momento,yo misma lo estoy haciendo con mis cursos de análisis y crítica de cine, que les platicaré en otro postnada puede igualar esa magia que tiene la escuela cuando eres niño.

Les deseo a los papás que les sea leve mañana con el tráfico, el ajetreo y demás monerías que ocurren en el regreso a clases y a aquellos que son estudiantes, un exitoso inicio de año escolar.

¡Nos vemos en el próximo post!

viernes, julio 15, 2011

Tigres enjaulados

¡Mis aventureros! Después de un periodo de ausencia de parte de su bwana, he regresado a este espacio para seguirles relatando cuanto acontece en esta, nuestra amada–y a veces odiada– Jungla de Asfalto.

Esta semana por azares del destino, me topé con una escena que me partió el corazón: un par de tigres de bengala encerrados en una jaula no mayor a un metro y medio, a rayo de sol y sin gota de agua. Todo para promocionar un "famoso circo" en la zona de Atizapán.

Como mucha gente que se encontraba en la zona y picada por mi habitual curiosidad, me acerqué a la jaula, donde un grupo de personas se arremolinaba para verlos. Debo decirles que el tigre de bengala es uno de mis animales favoritos y no pude dejar pasar la oportunidad de ver de cerca a tan majestuosos animales, tomarles fotos y de ser posible, cumplir mi loca fantasía de acariciarlos.

A unos pasos de la jaula, mi curiosidad se tornó en coraje e indignación al ver que las personas que los cuidan y la gente alrededor, se turnaban para provocar a los tigres, picandoles los costados, tocando sus orejas y hasta jalándoles la cola.

También me molestó sobremanera las condiciones en que tienen a los animales, los pobres no tienen espacio para moverse, apenas caben y encima tienen una bocina que repite una y otra vez la arenga para invitar a la gente al circo, a todo volúmen. Si a una persona le molesta imaginen al pobre tigre todo el día en el sol, con la gente y oyendo el ruido, sin agua y sin comer....

Además, como cereza del pastel, me enteré que los mantienen sedados para que no se "Alboroten y hagan algo a la gente" en palabras del chalán que los maneja. Me acerqué a platicar con el señor, pensando que seria una persona sensata que entiende que a los animales salvajes hay que tratarlos con dignidad... ¡Qué ingenua! Nadamás llego una oleada de personas con celular en mano y él mismo le jaló la cola a uno para que rugiera. Cuando le dije que por qué hacía esto, que si le gustaría estar así encerrado, drogado y a la vista y voluntad de todos, simplemente se encogió de hombros y me dijo "Pos  es pa' la foto, a la gente es lo que le gusta y además está mansito y para eso lo tenemos aqui"...

No saben mis aventureros el coraje que me dió tan cínica declaración. ¡¡Me hervía la sangre!! Terminé de tomar mis fotos, acaricie con cariño la cabeza y patita de uno de ellos y me fui.

Me gustaría que alguna asociación de protección animal hiciera algo por los tigres que hay en los circos, los maltratan y nadie hace nada y estos bellos felinos están al borde de la extinción. ¡Levantemos la voz!

Los dejo con un video que le tomé a uno de ellos y pueden ver el stream de las fotos que tomé aquí.


¡Hasta el próximo post!