¡Hola mis queridos habitantes de la jungla de asfalto!. Su Bwana anduvo de recorrido el día de ayer por nuestra hermosa ciudad, atrapada por el monstruo temible que afecta diariamente las vidas de todos y que siempre tratamos de evitar aunque no podemos: El Tráfico.
Entre millares de autos que avanzan a vuelta de rueda, una puede encontrar mil y un cosas curiosas, hay que buscarle el lado amable, que solamente se pueden ver en un lindo y divertido embotellamiento de por lo menos dos horas, el tráfico puede ser tu enemigo pero también tu amigo, el chiste es el enfoque que le pongas.
Hay siempre vendedores ambulantes ofreciendo desde refrescos hasta tarjetas de teléfono, pasando por muñequitos, rosas, congeladas y todo tipo de dulces, no estaría mal que rentaran baños portátiles de todo lo que venden en los embotellamientos, sería buen negocio ¿no creen? Hasta los que venden gorditas de nata tienen ya sus anuncios por todo periférico y parecen casetas de peaje porque ponen "Prepare su cuota, Gorditas de Nata $10 ".
En esta ocasión pude darme cuenta de que la mayoría de los hombres que viajan solos en sus autos y se encuentran ante el temible monstruo del Tráfico, lo que hacen para entretenerse es simple y sumamente asqueroso...¡¡hurgan en sus narices!! Si se fijan bien en el próximo embotellamiento en el que queden atrapados, la mayoría de los hombres que viajan solos se van sacando los mocos, los hacen bolita y los tiran, solamente para volver a meter los dedotes en su nariz y buscar y buscar ¿Qué obtienen con esta conducta tan asquerosa? Además de provocar repulsión a la gente de alrededor, tal vez es su manera de pasar el tiempo.
Por otro lado, las damas que viajamos en el periférico, muchas veces hacemos uso del auto como si fuera un salón de belleza, vamos poniéndonos maquillaje, verificando el rubor, incluso he visto mujeres que merecen mis respetos al ir conduciendo y enchinándose las pestañas (gran hazaña si me lo preguntan) mientras van regañando a su hijo que viene al lado.
No falta la persona o personas que van hablando por celular mientras manejan o mientras están atrapados en el tráfico, a veces puede llegar a ser un alivio si está uno solo y le hace falta compañía, pero no recomiendo manejar y hablar al mismo tiempo, vi un conato de choque ayer justamente porque un chavito iba hablando por celular y no se dio cuenta de que otro coche iba a cambiarse a su carril.
Otras cosas raras que me ha tocado ver en pleno periférico y un día normal de tráfico, fue una parejita que estaba haciendo uso del auto como si fuera un motel, me imagino que no les importó para nada que la gente de alrededor los estuviera viendo e hicierea cara de espanto. Yo me di la divertida de mi vida viendo las reacciones de la gente, pues los muchachos estaban en pleno disfrute de su amorío y en una aburrida tarde de tráfico viendolo bien no era mala idea echar algo de pasión, habia gente que no los volteaba a ver, otros solamente se ponían rojos y se reían y hubo uno que de plano les aplaudió.
Hay quienes en el tráfico van cantando, ponen música a todo volumen y entretienen o enfadan a la gente de al lado, con música que va desde banda hasta rock pesado, todo depende del "cantante de auto", muchos son desafinados y dan risa, otros de plano asombran con su capacidad vocal y su extraño repertorio.En otra ocasión vi a un perro que era transportado en un auto de lujo y que parecía que tenía chofer, ya que iba sentado en la parte trasera de un Cadillac, con el asiento trasero para él solito y el señor que iba al volante manejando traía una gorrita de esas que traen los choferes en las películas, imagínense, un perro con chofi.Otra que vi ayer fue que un señor iba leyendo mientras manejaba, y para acabarla de amolar, iba subrayando lo que estaba leyendo. Aunque el transito estaba lento y el avance se detenía a ratos, es bastante peligroso lo que iba haciendo el señor, pues en una de esas se distrae y provoca un choque.
Los niños también tienen diferentes formas de entretenerse en un día de tráfico, desde el molestar al adulto que tienen al lado con interminables preguntas como "¿Ya llegamos? ¿Cuánto falta? ¿Por qué el señor de al lado me vio feo?", hacerles caras o saludar a los vecinos de coche, brincar o moverse, el clásico pelear de hermanitos porque le invadiste su parte del asiento de atrás hasta sumergirse en su pequeño mundo gracias a los video juegos portátiles, todo depende del niño.
También a veces uno puede divertirse con los espectáculos que proporcionan los manifestantes que constantemente vienen a esta nuestra ciudad a pelear por sus derechos, mermando los de los demás. Una vez en el monumento a la madre me tocó ver a las mujeres de los manifestantes lavando ropa en la fuente como si de un río se tratara y en otra, varios de los simpatizandes del Peje jugando fut en reforma y echando la flojera en hamacas, mientras se rascaban la panza. ¿Que monos no? ¿Y que me dicen de los que se encueran y andan luciendo sus cuerpecitos desnudos por la acera y en el Ángel de la Independencia? Todo un show. Como pueden ver, mi manera de entretenerme y no perder la cordura en estos ya muy comunes días de tráfico es ponerme a ver qué es lo que hace la gente a mi alrededor, quién sabe, igual y encuentro alguna otra historia divertida que contarles aquí.
¡Hasta el próximo post!