sábado, junio 21, 2008

Isis y la Serpiente Emplumada - Crónica de una tarde en el Museo

¡Aventureros! El domingo pasado, aprovechando que era Día del Padre y que no habría mucha gente en las calles mi mamá y yo nos encaminamos a Chapultepec, al Museo de Antropología e Historia a admirar la exposición de Isis y la Serpiente Emplumada, ya que era su último día y pasar una tarde agradable.

Llegamos al museo y nos asombró la forma tan ordenada y organizada en que estaba la entrada a la exposición: primero nos dieron unos brazaletes que tenían impresa la hora en la que podíamos entrar al museo, nos pasaron a una fila y nos formamos para esperar nuestro turno y entrar, todo en perfecto orden y sin ningún problema de gente que se metiera. Si no tenías brazalete rojo, no te podías formar. Así de simple.

Mientras estábamos formadas no pudimos dejar pasar la oportunidad de comer todas esas porquerías que saben tan rico y que venden por allá así que compramos un par de vasos de pepinos y jícamas con chile y uno de mangos verdes enchilados y traíamos antojo de un rico chicharrón con salsa valentina, pero el señor había vendido todos y ya se iba a festejar el día del Padre.

La fila avanzó muy rápido, en menos de 40 minutos ya estábamos por entrar. Nos entregaron unos boletos de Ticketmaster con la fecha ya impresa y cuando entramos al museo, lo leyeron con un pequeño scanner, además de la clásica revisión para que no lleváramos cámaras ni celulares con cámara, pues está prohibido tomar fotos dentro del museo aunque sea con el celular.

Yo ya estaba impaciente, ya quería entrar a ver todo pues soy una MEGA fan de la arqueología y principalmente la Egiptología.
Entramos al museo, respetuosamente apagamos nuestros celulares pues también está prohibido recibir llamadas o usarlos dentro de la exposición y comenzamos nuestro recorrido por piezas tanto Egipcias como Prehispánicas. De entrada, a un chavito lo cacharon sacando fotos con su celular, justo al inicio de la exposición, un policía le quitó su celular y lo sacó pues ya nos habían advertido que estaba prohibida la toma de fotografías y en parte me dio gusto para que la gente aprenda a cuidar las cosas y obedecer indicaciones.

El tema central de la exposición era un encuentro entre el Egipto Faraónico y el México Prehispánico, a través del diálogo y el acercamiento entre dos de sus divinidades más simbólicas: Isis y Quetzalcóatl.

Desde un inicio, quedé impresionada y muy contenta de estar ahi y admirar esas obras de arte tan antiguas. La exhibición reunió más de 300 obras, de las cuales 144 son de origen egipcio procedentes del Museo Egipcio de El Cairo y del Museo Grecorromano de Alejandría, así como de las Zonas Arqueológicas de Karnak y Dendera. ¡Imaginen lo afortunados que fuimos los que visitamos esta exposición! Son piezas que a lo mejor no volveríamos a ver en mucho tiempo.

No tengo palabras para describirles la emoción que sentí cuando pude ver las estatuas de la diosa Isis, los sarcófagos, las cajas de madera laqueada, los vasos canopes de alabastro donde guardaban las vísceras de las momias, las joyas y estatuas que acompañaban a los egipcios en su viaje al más allá...incluso había una reproducción de una tumba de la esposa del faraón Amenofis IV con todo y los murales, tal y como se habrían visto cuando se construyó la tumba.
Mi pieza favorita fue un enorme sarcófago de granito negro, todo grabado en jeroglíficos y que de sólo verlo se me puso la piel de gallina. Recorrimos la exposición viendo cada una de las piezas con la calma que merecían y tomándonos nuestro tiempo para admirar el acabado, los jeroglíficos y hasta algunos restos de pintura y hoja de oro que algunas conservan. Muchas de las piezas las había visto en mis libros de Egiptología y ahí estaba viéndolas frente a mis ojos en vivo y a todo color. Fue una experiencia maravillosa y estoy muy contenta de que mi mamá (que es mi cómplice de museos) me acompañara en esta aventura.
Las piezas sobre Quetzalcóatl también estaban impresionantes, muchas provenían de la colección del Museo y también algunas fueron prestadas del Museo de Antropología e Historia de Xalapa. La mayoría eran representaciones de serpientes emplumadas, algunos artefactos ceremoniales y enormes estelas.

Saliendo de la exposición pasamos a la tienda y me compré mis reglamentarios lápices para mi colección y un dije en forma de Ankh (símbolo de protección usado por los dioses y que significa "vida"). Estuvimos muy contentas y para finalizar la tarde con broche de oro, nos compramos unos deliciosos algodones de azúcar y me tomé mi obligada foto afuera del museo de antropología.

Espero que sigan montando este tipo de exposiciones ya que nos llevan a lugares lejanos y a conocer un poco más sobre las diferentes culturas que existieron hace millones de años. Para conocer más sobre la exposición pueden entrar aquí. Si tienen oportunidad, aprovechen este tipo de exposiciones, no se van a arrepentir.

¡Nos vemos en el próximo post!

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