El caso del colibrí perdido

¡Aventureros! No van a creer lo que pasó el miércoles en la casa. Estaba mi mamá sacudiendo el cuarto cuando escuchó unos aleteos y pensó que se había metido una de esas mariposotas que por la temporada de lluvias se meten a las casas.

Pero de plano al escuchar más atentamente y ver pasar una sombrita, pudo darse cuenta que se nos había metido un pajarito a la casa. Rápidamente agarró una playera de mi hermano y se la avento al pajarito, que se habia parado en uno de los muebles y con mucho cuidado lo tomó y me llamó. Subí corriendo y esto fue lo que ví. El pequeño pajarito que tenía mi mamá era nada más y nada menos que un colibrí bebé, de esos que están aprendiendo a volar. Lo más seguro es que andaba queriendo volar que al ver la ventana abierta dijo de aquí soy y se metió. Lo sacó con mucho cuidado para no lastimarlo y me dejó tomarle una foto, ustedes perdonaran la calidad pero usé la camarita de mi compu que ya está algo vieja.

El animalito era más pico que ave, estaba un poco asustado pero tranquilo y hasta pude tomarlo en mis manos, son tan pequeñitos que me sobraba mano para sostenerlo y me di cuenta de lo frágiles que son.

Lo dejamos afuera, en el solecito, esperando que la playera no lo haya lastimado y preocupadas de que no pudiera volar bien, o de que no bajara su mamá, pero en pocos minutos comenzó a aletear, como sacudiéndose y ya luego voló y se perdio en el horizonte.

Fue bonito conocer de cerca esta ave tan pequeña y tenerla un momento en las manos, a pesar de que vivimos en una jungla de asfalto a veces uno puede toparse con la naturaleza o la naturaleza toparse con uno.

¡Hasta el próximo post!