3 historias...En el metro y la pesera...
¡Hola aventureros! Este viernes les tengo una pequeña crónica de las cosas que me pasaron el día de ayer en el metro camino a Santa Fe.
El vivales
Muy tempranito por la mañana me subí al metro ahi en la estación de Aquiles Serdán. Casi siempre en esta línea, hay un vagón para puras mujeres, para evitar el famoso "agasaje, faje y masaje" de todos los días por la cantidad de gente.
En la zonita de espera había poca gente así que me paré por ahi para subir a los vagones "sólo para mujeres" y me di cuenta que hay un poli que cuida que no se suba ningún hombre que ande buscando qué agarrar.
Lo que vino a continuación fue inesperado y a la vez muy gracioso: Se oyó el ruido del tren que se aproximaba y en ese momento el poli bajó la vista a su libro vaquero, de repente y aprovechando el instante de distracción de la autoridad, un cuatito con cara de libidinoso que no se la aguantaba se paró detrás de una señora que estaba a mi derecha, esperando ansioso subirse al vagón repleto de posibles víctimas.
Yo pensé "este ya se salió con la suya" pero justo cuando empezábamos a abordar el metro entre empujones y todo, que llega el poli, jala al intruso por la chamarra y que lo baja del vagón, lo mejor fue que por la fuerza del jalón "el vivales" cayó de sentón y se dio tremendo golpe en las nachas.
Todo el vagón le aplaudimos al valiente poli, quien se llevó al señor aparte y mientras el tren se alejaba sonó la carcajada general por todo el vagón.
Concierto sorpresa
Dos estaciones más adelante, en Refinería, se subió un grupo de chavos con micros, guitarras eléctricas, amplificador y toda la cosa. Con su look 100% punk rockero, esperábamos escuchar música de este tipo pero cuando comenzaron a tocar su mini concierto, la sorpresa fue enorme: no tocaban nada parecido al rock sino canciones medio cumbiancheras y dos rolas de Rigo Tovar. Imaginen la escena, es simplemente para reírse un buen rato. Como bien dicen, no juzgues a un libro por su portada.
Los escuché hasta que me bajé en Auditorio y me divertí mucho con las reacciones de la gente.
Pleito ranchero
De regreso de Santa Fe en uno de los camiones grandotes de la RTP, ocurrió esta otra escena: 3 de la tarde, camión a reventar. Se para en una esquina y sube a un grupo grande. En el grupo venía un cuate chaparrito, de lentes con cara de no mato una mosca. Yo estaba sentada al frente y junto a mi de pie venia un señor como de 30 años, con cara de pocos amigos. El camión se frena, el señor de junto se mueve con la inercia y se golpea contra el de lentes. Y ahí comenzó todo, el de lentes se puso muy "gallito" a echarle pleito al de 30, diciendole que qué se creía y que porqué se le fue encima y no se que tanta cosa. El de 30 que evidentemente venia ya de malas le dijo que se fuera bien lejos y se comenzó a reír, hasta que el de lentes trató de darle un empujón.
Las cosas se fueron calentando de ánimos, entre empujones y manotazos, hasta que de plano el de 30 años, comenzó a ignorar al de lentes y reírse en su cara, el chofer de plano se puso a regañarlos y decirles que se fueran a pelear a otro lado. A mí me toco ver todo de cerca porque se estaban empujando justo a un costado de mí. Tenía miedo de que se fuera a poner la cosa peor y no quería pararme ni moverme de mi lugar para evitar broncas.
El de lentes se fue haciendo para atrás del camión, movido por la gente y convencido por el chofer de que "le parara a su pleitecito" y no dejaba de insultar al señor de 30, le hacía señas y decía peladez y media.
Cuando los dos se bajaron en diferentes paradas, un pasajero de atrás de mí y yo al mismo tiempo comenzamos a reírnos y suspiramos de alivio de que la cosa no pasara a mayores.
Como pueden ver, pasa de todo en esta gran jungla de asfalto, la lucha por la supervivencia sigue su curso y siempre nos da de qué hablar en este blog. ¡Hasta el próximo post!
1 comentario:
pobre del vivo, y qué chistoso lo del pleito en el rtp, jajaja, sólo en la ciudad del defectuoso ;)
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